El peso se ha fortalecido de manera significativa en lo que va de gobierno obradorista.
Es muy difícil pelearse con los datos: la paridad con el dólar (tipo de cambio 48 horas, cotización de cierre a la venta) se colocó en 20.4530 pesos el 30 de noviembre de 2018, el último día del sexenio de Enrique Peña Nieto, a unos 50 centavos del mínimo registrado en 2017 antes de que Trump tomara posesión.
El primer día laborable de 2019 estaba en 19.564, mientras que, al 31 de diciembre, la cotización fue de 18.886 unidades por billete verde. Con respecto, al inicio del sexenio, una apreciación de 1.567 pesos, un nada despreciable 7.7%. Si se considera solo el año 2019, la apreciación fue de 67.8 centavos (3.5%), también algo para presumir para quien considera que el tipo de cambio refleja una fortaleza económica.
El peso como termómetro presidencial
López Obrador pasó la mayor parte de su vida bajo regímenes de tipo de cambio fijo, semi-fijo o en una banda cambiaria. Como en tantos aspectos económicos, su mente está anclada en esos tiempos (el régimen cambiario es flotante desde fines de 1994) previos a su detestada “era neoliberal”. En las palabras de su antecesor López (Portillo), “Presidente que devalúa, se devalúa”. Para el inquilino de Palacio Nacional el tipo de cambio es un potente indicador de salud económica y financiera, una visión que hasta el momento comparten muchos mexicanos (aunque algunos sea por lo barato o caro que será vacacionar en Nueva York o Europa).
La evolución del peso, por ende, parece reflejar una sólida conducción de la economía nacional. Dada la pésima noticia que representa el crecimiento cero (o ligeramente negativo) del año pasado, el Presidente siempre podía presumir el peso –como lo hace con frecuencia. Dependiendo de la paridad del momento, igual ha destacado al “peso fortachón” que al “peso estable”. Y, por supuesto, está en lo correcto –considerando la evolución cambiaria durante su mandato.
No es el único, por supuesto. El titular de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, también destacó en un reciente tuit la evolución de la moneda nacional frente a la estadounidense.
Último día del año. El precio del petróleo está en 57 dólares por barril y el dólar cotiza en 18.8 pesos.
Cumplimos las metas fiscales que @Hacienda_Mexico tenía para este 2019.
¡#FelizAñoNuevo!
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En redes sociales se criticó a Herrera por presumir un indicador que no está bajo su control. Lo cierto es que el tipo de cambio no es ajeno a la política fiscal que lleva SHCP. Puede argumentarse que la excesivamente restrictiva política fiscal ha tenido, por lo menos, cierto efecto en fortalecer la moneda, dado que ha contribuido a mantener la inflación en niveles históricamente bajos, aparte de también explicar parcialmente el estancamiento económico. Aparte, lo que muchos desconocen, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por ley, tiene el mayor peso en la conducción de la política cambiaria (sí, por encima del Banco de México).
El impacto de cancelar el NAIM
Lo cierto es que el gobierno obradorista se adjudica un mérito que no le corresponde, aunque por otras razones. Esto porque el comparativo cambiario es incorrecto. López Obrador empezó a ejercer poder, y mucho, como Presidente Electo, sin que Peña Nieto le pusiera obstáculo alguno. Y el 15 de octubre hubo un anuncio importante por parte de su vocero, Jesús Ramírez: los detalles de la “consulta popular” sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México. La “consulta” tendría lugar entre el 25 y el 28 de octubre, con apenas unos días para organizarse (lo que claramente demostraba su falta de seriedad).
La esperanza de que AMLO optaría por continuar sin trabas con la obra de infraestructura más ambiciosa del sexenio quedó destruida. Por el contrario se desató el temor de que el ejercicio sería una farsa para justificar la cancelación, como de hecho habría de ocurrir. El 16 de octubre el tipo de cambio cerró en 18.7645 por dólar, y a partir de entonces inició una fuerte depreciación, que se acentuó ante el resultado de la “consulta”, y la cancelación formal del proyecto por parte de López Obrador el 29 de octubre, cinco semanas antes de tomar posesión. La depreciación continuó, llegando la paridad a 20.6300 el 26 de noviembre.
El mito del peso fuerte o estable con AMLO
Como se mencionó, la paridad cerró 2019 en 18.886 unidades por billete verde, esto es, 12 centavos arriba que la registrada el 16 de octubre de 2018. Solo un día en todo lo que lleva López Obrador de gobierno (el 12 de abril de 2019), el tipo de cambio fue ligeramente inferior (por un centavo) a esa cifra. Cabe destacar que el mejor nivel del peso durante 2018 se alcanzó casi un año antes, el 17 de abril, en que cotizó a 17.994 unidades por dólar, un nivel que hoy se antoja claramente lejano.
La decisión de cancelar el NAIM trajo consigo una debilidad cambiaria que no ha podido corregirse, pero permitió fundamentar el mito de que el peso se ha fortalecido en la actual administración.
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