Todo es cuestión de determinar cuándo López Obrador empezó, no a gobernar, sino a influir sobre el tipo de cambio peso-dólar.
El Presidente presume que el peso se ha apreciado durante los siete meses que lleva en el gobierno. Es cierto, pero engaña con la verdad, o al menos considera un periodo que le es favorable a su cálculo.
Porque López Obrador tomó formalmente posesión el primer día de diciembre, pero tomó al menos una decisión profundamente negativa para los mercados poco más de un mes antes. El 29 de octubre, después de una farsa disfrazada de “consulta pública”, anunció formalmente la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
El 30 de noviembre la paridad peso-dólar (tipo de cambio interbancario a la venta) cerró en 20.453 pesos por dólar. El viernes 28 de junio cerró en 19.197 pesos, una ganancia muy respetable de 1.26 pesos, 6.14%. López Obrador podrá proclamar que el tipo de cambio (al parecer una de sus obsesiones personales) refleja la confianza que los mercados tienen en su gobierno.
Pero la “consulta pública” tuvo lugar del 25 al 28 de octubre, y el anuncio con los detalles se hizo el 15 del mismo mes (denotando la falta de seriedad de la misma, dados los pocos días disponibles para organizarla).
Ese día el tipo de cambio había cerrado en 18.8175, paridad que inició una caída significativa a partir del 18 de octubre. Tomando el tipo de cambio del 15 de octubre como base, en el gobierno lopista no se observa una apreciación de 126 centavos (el mencionado 6.14%), sino una depreciación de 181 centavos con respecto al nivel más bajo que se llegó a registrar en las semanas siguientes (20.630 pesos por dólar el 26 de noviembre, esto es, 9.6%).
Con respecto al cierre de junio de 2019, la pérdida es de 38 centavos (2.0 por ciento).
Todo es cuestión de determinar cuándo López Obrador empezó, no a gobernar, sino a influir sobre el tipo de cambio peso-dólar. Dependiendo de la respuesta, las cifras son muy diferentes.
@econokafka
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